Entendemos a la salud mental como la coherencia entre el sentir, el pensar y el actuar. Estamos convencidos de que este equilibrio lleva indefectiblemente a la felicidad. Entonces, concebimos a la psicoterapia como un lugar para el cambio y el crecimiento personal y de los sistemas con que interactuamos, una oportunidad para rectificar errores, un espacio de comunicación afectiva y efectiva. En síntesis, un lugar para producir dicho equilibrio y hacernos más sencilla nuestra vida en el ecosistema.