Los primeros esbozos de un modelo sistémico en la psicoterapia, nacen a principios de los años ´60, como consecuencia de las nuevas ideas de las teorías de la información y de la comunicación que conformaron un modelo de estudio en las relaciones humanas. Los avales teóricos que consolidan este modelo se encuentran en una “Pragmática de la Comunicación”, que a la vez encuentra su respaldo en la Cibernética (Wiener.1954) y la Teoría General de los Sistemas (von Bertalanffy.1968), teorías que trasladadas a las ciencias humanas revolucionaron el campo del conocimiento.

Entender que vivimos e interactuamos en diferentes sistemas no es novedad. Pero es importante reconocer que la comunicación no solo es un intercambio de palabras sino más que eso: toda conducta es comunicación y estamos de manera permanente interactuando en el contexto social. El modelo sistémico, en su accionar, incorporó a un equipo profesional detrás de un espejo unidireccional y también incluyó a más de un miembro en la consulta, cuando reunir a una familia o a una pareja en las sesiones era una trasgresión a los modelos clásicos que sólo admitían al sujeto individual en la labor terapéutica.

Se revolucionó, entonces, el campo de la salud mental, pero más aún: se comenzó a gestar una nueva epistemología, una nueva manera de entender y resolver problemas humanos, una nueva forma de conocimiento. El trabajo terapéutico sistémico es un modelo moderno y ágil que focaliza el problema, utiliza los recursos de la palabra y el cuerpo y manda tareas a desarrollar fuera de la sesión. Es una psicoterapia eficaz que usa y hace ver los recursos y potencialidades de los consultantes en pos del cambio en tiempo breve.